Por Amanda Rebar, Central Queensland University, Australia
No será sorprendente que la evidencia muestre que las personas no siempre se comportan de la mejor manera para su salud a largo plazo. Por ejemplo, la mayoría de la gente es consciente de que el ejercicio es bueno para su salud física y mental, pero comparativamente cada vez menos personas hacen ejercicio regularmente. Cuando una persona tiene la intención de comenzar a hacer ejercicio, solo hay un 50% de probabilidad de que realmente lo haga. Esas son las mismas probabilidades que cuando lanzas una moneda al aire! ¿Alguna vez has pensado en por qué a pesar de las mejores intenciones de la gente, se entregan a un comportamiento no saludable? Existe una perspectiva cada vez más creíble y popular entre la ciencia de la psicología de la salud sobre cómo el comportamiento de las personas está influenciado por dos sistemas. Estos modelos de proceso dual ofrecen un punto de vista refrescante sobre cómo ayudar a las personas a vivir estilos de vida saludables sin que ello requiera una batalla constante de la fuerza de voluntad contra tentaciones no saludables.
Hay muchas versiones de modelos de procesos duales, pero la idea general de los modelos es que el comportamiento está influenciado por dos sistemas: uno compuesto de procesos reflexivos y el otro de procesos automáticos. El sistema reflexivo influye en el comportamiento a través de procesos deliberados y planificados, que generalmente son bastante lentos y requieren fuerza de voluntad. El sistema automático influye en el comportamiento a través de impulsos involuntarios y espontáneos.
Aunque los procesos son diferentes, pueden dar como resultado los mismos resultados. Por ejemplo, una mujer ha cambiado lo que come. Puede ser que le hayan informado que tiene un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardíaca y decidió que era mejor para ella hacer el cambio; ese sería un proceso reflexivo. Alternativamente, también podría ser que cambiara lo que comía simplemente porque “no había estado de humor” o no había experimentado “antojos” de comer los mismos alimentos que consumía habitualmente, eso sería un proceso automático.
El sistema automático tiene una reputación bastante mala. Por lo general, ha sido vilipendiado como la fuente de tentaciones no saludables que deben superarse con la fuerza de voluntad. Comúnmente, educamos a las personas sobre por qué deberían cambiar su comportamiento y confiamos en esa información para persuadirlos lo suficiente como para establecer metas y planes para cambiar, controlar rápidamente su comportamiento y buscar la manera de hacer un seguimiento efectivo de sus planes cada día. El problema es que estos tipos de estrategias de cambio de comportamiento no siempre funcionan y, cuando lo hacen, pueden ser solo durante poco tiempo.
Mantener un estilo de vida saludable sin duda requerirá superar algunas tentaciones, pero también hay formas en las que podemos ayudar a las personas a trabajar con, en lugar de contra, su sistema automático. La evidencia muestra que hay formas de hacer que sea más fácil resistir las influencias automáticas no saludables e incluso formas de hacer que las influencias automáticas se alineen con los objetivos de salud a largo plazo. Con simples cambios en la forma en que damos consejos de estilo de vida, podemos ser capaces de generar fuerza de voluntad en la batalla contra las tentaciones poco saludables o incluso detener la lucha todos juntos para que las ‘tentaciones’ luchen del lado de la salud.
Recomendaciones prácticas
- Sugiera cambios simples en las rutinas diarias que pueden ayudar a evitar tentaciones no saludables. Por lo general, hay ciertos lugares, estados de ánimo, experiencias o momentos del día en los cuales las personas son más propensas al comportamiento no saludable. La conciencia de lo que desencadena la tentación no saludable quita parte de su poder y le permite ahorrar fuerza de voluntad en los momentos de mayor riesgo.
- Ejemplo: Alguien que acaba de dejar de fumar tal vez quiera tomar un camino diferente al trabajo si generalmente compra un paquete de cigarrillos en la estación de servicio de camino a casa.
- Desarrollar formas en las que las opciones de comportamiento saludable sean más simples y agradables que las alternativas poco saludables.
- Ejemplo: No guarde comida basura en casa. Es menos probable que la gente se deje llevar por comidas no saludables si tiene que bajar a la tienda cuando hay opciones más saludables en casa.
- Haga que las opciones saludables sean más visibles que las opciones no saludables. La publicidad funciona a través de la repetición y la alta visibilidad de la marca. Las mismas técnicas se pueden aplicar a los comportamientos de salud.
- Ejemplo: si una persona tiene dificultades para recordar tomar su medicamento, pídale que coloque el medicamento en un lugar destacado y seguro (alféizar de la ventana sobre el fregadero de la cocina en lugar de en un armario) para que lo vea regularmente durante el día.
- Desarrolle comportamientos saludables que sean gratificantes. Cuando el comportamiento saludable es agradable, se requiere menos fuerza de voluntad y será más probable que se mantenga a largo plazo. Si se trata como algo desagradable que debe tolerarse, es probable que no dure mucho.
- Ejemplo: si a su hijo no le gustan las verduras al vapor, no la obligue a comerlas o sobornarle con un dulce después de que termine. En su lugar, explore diferentes maneras de cocinar los vegetales que le puedan gustar para que aprenda a disfrutarlos en lugar de evitarlos.
Traducido por Luis García-González y Alberto Aibar Solana.