El peso es un tema complicado de tratar en una consulta. Algunos pacientes pueden estar cansados de oír frases como “deberías perder peso” cada vez que visitan una clínica, sin importar si han acudido a la misma por un dolor de garganta, una placa cervical o un problema de corazón. Es posible que hayan sufrido un sentimiento de estar toda su vida estigmatizados por el personal médico y que piensen que lo único que todo el mundo ve es su cuerpo. Mientras que para algunos puede suceder esto, para otros es posible que el peso no haya sido nunca un tema a tener en cuenta, y pueden sentirse ofendidos o sorprendidos si se saca el tema. Otras personas simplemente pueden no querer oír el mensaje y no escuchan lo que se les dice, y piensan por ejemplo “¿qué vas a saber de si estoy gordo/flaco o soy demasiado joven /viejo” o “la ciencia siempre se equivoca”. Sacar el tema del peso requiere siempre un trato cuidadoso sobre “cuándo”, “cómo” y “qué” se dice a una persona con sobrepeso.
Cuándo…
Hay personas que pasan una gran parte de su vida tapándose los oídos sin escuchar lo que se les dice. Lo primero para que el mensaje llegue es temporalizarlo, y con el tema del peso, normalmente es mejor asociarlo a un “momento educable”. Puede ser síntomas nuevos, como falta de respiración o algún dolor, diagnóstico de alguna condición como diabetes o aumento de la tensión arterial, la existencia de un evento importante en la vida como la llegada de una edad concreta o la jubilación, u otros aspectos de la vida que se hagan cuesta arriba como subir escaleras, llevar niños en brazos o atarse los zapatos. Estos momentos críticos pueden hacer que la gente se destape los oídos y esté dispuesta a escuchar, así es que cuando un paciente ofrece un “momento educable” no hay que perder la oportunidad y sacar el tema del peso.
Cómo…
¡La siguiente parte tampoco es fácil! ¿Deberías decir “gordo”, “peso”, “sobrepeso” o incluso “obesidad”? ¿Deberías ir con cautela y decir “vamos a hablar de tu peso”? ¿o deberías ser más directo y decir “tienes que perder peso”? Las opiniones están divididas, pero mi investigación sobre las evidencias en “La psicología de la dieta” es la siguiente: los profesionales de la salud están normalmente más asustados que los pacientes. Los profesionales de la salud deberían sacar el tema incluso cuando sea un tema que les cueste. La palabra “obesidad” puede chocar, pero un poco de choque (tampoco demasiado) puede resultar de ayuda. Cada paciente es diferente, cada profesional de salud es diferente, y cada consulta es una dinámica entre dos personas diferentes. Por ello, ha de ser una intervención en el momento adecuado y unido a un método que creas que puede convenirle a ese paciente en ese momento en concreto. Mientras lo que dices sea con amabilidad y empatía, debería dar buen resultado. Por ejemplo, “¿es usted consciente de que el sobrepeso puede aumentar sus niveles de tensión arterial?” puede ser un buen comienzo, ya que une el peso a un problema de salud especifico. O “perder peso facilitaría la solución a su problema” es un comienzo que puede ayudar puesto que hace que perder peso solucione una dificultad encontrada. Después, una vez que la conversación ha comenzado, es importante escuchar lo que el paciente nos dice para ir ajustando nuestro discurso. Esto ayudará a construir una relación exitosa para el futuro y hace que el paciente vuelva y puedan tener lugar otras conversaciones. Un lugar para encontrar más información sobre esto es en “Conversaciones saludables” y “Hacer que cada contacto cuente”.
Qué…
¿Pero entonces qué? Después del primer contacto, lo que viene a continuación determinará el éxito de cada persona en el proceso de pérdida de peso. Los siguientes pasos deben ayudar al paciente a darse cuenta de que eso es un problema; ayudarles a comprender que su peso está relacionado con sus hábitos (comportamiento y no genética, hormonas, medicación o el gobierno – sea la verdad que sea o lo que ellos piensan); empoderar a la persona para cambiar lo que hacen, resultarles agradables para que confíen en ti y vuelvan, y hacerles sentir preparados para realizar el cambio. Perder peso es un “qué decir” para asegurarnos de que este proyecto de larga duración se va a llevar a cabo, en lugar de acabarse antes de que ni siquiera haya empezado.
Recomendaciones prácticas
- Cuando, cómo y qué decir son claves.
- Escoge el momento correcto – trata de sacar el tema en un “momento educable”.
- Lleva tu lenguaje al lenguaje de paciente y no tengas miedo de sacar el tema del peso.
- Anima a tus pacientes a darse cuenta del rol de sus comportamientos en el problema del peso- pero siendo comprensivo y sin culparlos.
Traducido por Alberto Aibar Solana y Luis García-González