Apoyo social y comportamiento saludable: Cómo pasar del apoyo bienintencionado al apoyo especializado.

Urte Scholz, Universidad de Zurich, y Gertraud (Turu) Stadler, Universidad de Aberdeen

 

El apoyo social parece algo exclusivamente positivo. ¿Qué puede tener de malo un poco de ayuda? ¿Acaso no es bueno tener a alguien que cocina comidas saludables cuando se intenta comer mejor, o sentirse reconfortado cuando te sientes deprimido porque tu intento de dejar de fumar no ha ido bien? Estos escenarios ya nos dan la sensación de que las buenas intenciones de apoyar a alguien pueden no ser suficientes. Una pareja que prepara comidas saludables para usted o su hermana, que le dan consejos dietéticos, también pueden hacerle sentir que saben mejor que tú lo que es bueno para ti. ¿Les pediste que te ayudaran? ¿No confían plenamente en ti para comer de forma sana por tu cuenta? Entonces, ¿el apoyo para cambiar el comportamiento de uno siempre es algo bueno o no? Este texto tiene como objetivo ayudar a los profesionales a aconsejar a sus clientes o usuarios sobre cómo buscar apoyo social útil. Comencemos por definir qué es y qué no es apoyo social.

 

¿Qué es el apoyo social?

El apoyo social es la ayuda de otra persona a alguien que se enfrenta a un problema o desafío, como puede ser tratar de comer una dieta más saludable. El objetivo del apoyo es resolver el problema o al menos aliviar el estrés asociado con el problema. Existen tres formas comunes de apoyo que a menudo se combinan: una forma es el apoyo emocional, que sería como consolar o aliviar a la persona y hacer que se sienta querido, comprendido y atendido cuando se enfrente a lo difícil que es comer mejor. Una segunda forma es el apoyo práctico, es decir, realizar una acción práctica para ayudar a la otra persona, como podría ser comprar alimentos saludables. La tercera forma es el apoyo informativo, que sería por ejemplo proporcionar consejos sobre cómo comer más verduras. Si bien el apoyo puede provenir literalmente de cualquier otra persona, las investigaciones han demostrado que la mayoría del apoyo proviene de personas cercanas, como la pareja, familia y amigos. Las fuentes de apoyo importante para personas con problemas de salud suelen ser habitualmente los profesionales de la salud u otras personas con condiciones similares.

Hay dos tipos de apoyo, ya sea el apoyo que espera en el futuro o el apoyo que recibió en el pasado. Las personas pueden pensar en el apoyo que esperan recibir de otros para situaciones estresantes en el futuro. Por ejemplo, un fumador que deja de fumar puede imaginarse el apoyo que otros le ofrecerán. Este tipo de apoyo se llama apoyo esperado. Esta más relacionado con la visión optimista del futuro que con el apoyo que percibe actualmente. El apoyo esperado puede ser un poco idealista, ya que las expectativas de apoyo no tienen en cuenta necesariamente la situación desafiante. La segunda forma de considerar el apoyo es preguntar qué apoyo recibió una persona con un problema. Esta forma son referencias retrospectivas de situaciones de apoyo actuales. Por ejemplo, qué apoyo tuvo alguien durante la última semana mientras intentaba comer mejor. Estas dos formas de apoyo no tienen porqué estar relacionadas. Puedes esperar que tu pareja o familiares cercanos te apoyen y ayuden en momentos que lo necesitas pero puedes no recordar demasiada ayuda la última vez que intentaste comer mejor.

 

Apoyo especializado para el cambio de comportamiento de salud

Cuando echas un vistazo a la investigación sobre el apoyo social y las conductas de salud, muchos estudios informan sobre los efectos positivos del apoyo al comportamiento de salud. Sin embargo, cuando miramos más a fondo, encontramos que muchos de estos estudios se centran en el primer tipo de apoyo descrito anteriormente, el apoyo esperado. Una expectativa de apoyo se relaciona consistentemente con mejores comportamientos de salud. El segundo tipo de apoyo, las situaciones de apoyo actuales, ha recibido mucha menos atención en la investigación, y los estudios disponibles encontraron efectos mixtos. Estos resultados mixtos a veces parecen provenir de un fracaso en la obtención del apoyo esperado en primer lugar. En general, parece que no hay garantía de que el apoyo social bien intencionado sea útil cuando alguien intenta cambiar un comportamiento de salud. En cambio, el éxito de las acciones de apoyo parece depender de:

  • Quién brinda el apoyo (a veces, ayudar a un amigo es mejor que ayudar a tu cónyuge),
  • El género de quien ofrece apoyo (las mujeres parecen ofrecer mejor apoyo tanto a hombres como a mujeres),
  • El ajuste entre las necesidades de apoyo y el apoyo recibido, y también
  • Las condiciones en las que se produce (si la oferta y la recepción de apoyo están equilibradas o desequilibradas)

De hecho, hay estudios que demuestran que recibir apoyo puede incluso causar daño. El apoyo puede contribuir a sentirse mal o simplemente puede hacer percibir que no eres capaz de enfrentarte al desafío que tienes entre manos. La mejor opción es la asistencia técnica cualificada por parte de personas que satisfagan sus necesidades y lo hagan sentir comprendido, valorado y atendido al cambiar su comportamiento. El apoyo especializado depende de que ambas partes se comuniquen entre sí: la persona que desea realizar un cambio debe evaluar las necesidades personales y comunicar estas necesidades con claridad, buscando activamente el apoyo de personas en las que puede confiar plenamente para que respondan. La persona que ofrece apoyo debe tratar de satisfacer las necesidades de la persona que demanda apoyo de una manera respetuosa y receptiva.

Recomendaciones prácticas

Entonces, ¿qué debe hacer la gente para apoyar eficazmente a alguien con respecto a un cambio de comportamiento de salud? Los profesionales que asesoran a los clientes deben alentarlos a buscar apoyo cualificado y comunicarse con sus colegas cercanos y profesionales de la salud al respecto. Para apoyar eficazmente el intento de otra persona de cambiar un comportamiento de salud, se pueden tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Aliente a las persona que desean hacer un cambio a que busquen el apoyo de otras personas cercanas de confianza y hablen con ellos sobre lo que sería realmente útil para ellos. ¡Quedarse solo también podría ser una opción!
  • Practique con sus clientes cómo comunicar sus necesidades en situaciones específicas y hacer sugerencias para hacer que el apoyo que reciben les sea más útil. Por ejemplo, los profesionales pueden utilizar el juego de roles para pasar por diferentes escenarios para pedir ayuda. Esto también debería incluir aumentar la conciencia de que el apoyo es un tema muy individual y no siempre es útil. Por lo tanto, se puede practicar ofreciendo orientación y comentarios constructivos para ayudar a los que ofrecen apoyo a mejorar sus experiencias dando apoyo.
  • Practica para reconocer el apoyo especializado. Cambiar el comportamiento de alguien es un proceso muy dinámico y las necesidades pueden cambiar de un día para otro, lo que supondrá adaptaciones frecuentes.

Traducido por Luis García-González y Alberto Aibar Solana.