Autorregulación de la teoría a la práctica: apoyando los objetivos de tus pacientes para la consecución del cambio

Por Stan Maes & Véronique De Gucht, Universidad de Leiden, Holanda

En las últimas décadas, el papel de los individuos dentro del sistema de salud ha evolucionado desde el ‘cumplimiento de regímenes médicos’, lo que implica obediencia; hacia la ‘autogestión’, lo cual denota responsabilidad en el control de la propia salud o enfermedad. Este hecho ha progresado recientemente a raíz de la idea de ‘autorregulación’, un proceso sistemático que implica la fijación de metas personales saludables y de la dirección del comportamiento para alcanzar estos objetivos. Para ilustrar el proceso de autorregulación continua, hemos elegido la imagen antigua de un ‘Ouroboros’ (una serpiente comiendo su propia cola) para acompañar a este post.

La autorregulación se produce en fases: (1) meta conocimiento y establecimiento de metas; (2) búsqueda activa de metas (3) logro de metas, mantenimiento o abandono. En los siguientes párrafos, ilustramos estas fases utilizando como ejemplo el caso de un individuo, Juan, el cual ha sufrido un ataque al corazón.

Fase 1

En la primera fase, los individuos deben conocer y establecer metas realistas (de cambio) y personalmente relevantes relacionadas con la salud. Por ejemplo, a Juan se le podría preguntar, ‘ ¿Cómo debería ser la recuperación para usted?’, a lo que él podría responder que salir a caminar con su nieto resulta importante para él. Como primer paso, John podría por lo tanto, establecer un objetivo como ‘hacer caminatas cortas por mi barrio’. Aquí es importante que tales metas sean fijadas por él mismo y que sean realistas considerando el funcionamiento actual, ya que esto va a dar un sentido de propiedad y por lo tanto va a hacer que sean más fácilmente alcanzables que las metas impuestas por otros. Las técnicas de entrevista motivacional pueden ayudar a apoyar el establecimiento de metas personales entre individuos desmotivados.

Fase 2

La segunda fase se caracteriza por la búsqueda de la meta. En esta fase, los individuos deben establecer puentes comunes entre cognición (p. ej., intenciones) y acción. Para llevar a cabo esta fase, es necesario un «plan de acción» específico, basado en la reflexión, que especifique con precisión cuándo, dónde y cómo actuar. En nuestro ejemplo, esto podría ser: ‘Desde la próxima semana, caminaré con mi esposa a una tienda cercana para comprar comida el lunes, el miércoles y el viernes a las 15:00 horas’. Planes de acción como este, los cuales especifican suficiente detalle, han mostrado ser eficaces en el logro de objetivos relacionados con el ejercicio físico, alimentación saludable y otros comportamientos saludables.

Además, existen tres mecanismos reguladores que desempeñan papeles importantes durante la búsqueda de objetivos. El primero de ellos es la retroalimentación, que consiste en supervisar y evaluar el progreso. En nuestro ejemplo, se podría hacer que Juan registrara su actividad para ver si cumple su objetivo. Los resultados podrían revisarse entonces con Juan para, o bien identificar los éxitos, o bien identificar los problemas a superar en el futuro. El segundo mecanismo implica anticipación o procesos de feedforward, los cuales incluyen expectativas de resultado (lo que una persona piensa que va a suceder si se toman medidas) y creencias de autoeficacia (si una persona se siente que puede llevar a cabo con éxito una acción). Las expectativas en el resultado y la autoeficacia se mejoran mediante la observación del éxito de los otros, el ánimo y la valoración del progreso hacia la meta. Los médicos por lo tanto deberían proporcionar contacto con otras personas que hubieran tenido éxito en objetivos comparables, para aumentar con ello las posibilidades de logro de dichas metas y brindar a los individuos oportunidades con las que recibir apoyo en sus metas.

El mecanismo final comprende la activación de los procesos de control con los que asegurar la continuidad en el esfuerzo a pesar de la existencia de objetivos competitivos u obstáculos. Una distracción en los objetivos auto-establecidos, por ejemplo, a raíz de un evento de la vida, puede tener un efecto perjudicial en la consecución del objetivo fijado. Una falta de progreso hacia objetivo (fracaso) se relaciona también con frecuencia con un estado de ánimo negativo. Si esto ocurre, uno puede ofrecer apoyo a Juan para hacer frente a estas emociones y ayudar a lidiar con el fracaso, considerando estos hechos como oportunidades para el aprendizaje.

Fase 3

La tercera fase se refiere al logro, mantenimiento y abandono de los objetivos. El logro de la meta no es el final, sino más bien un nuevo comienzo. Se puede animar a los individuos a establecer nuevos objetivos con el fin de mantener cierto progreso a lo largo del tiempo. Sin embargo, si un objetivo de salud demuestra ser inalcanzable, resulta a menudo más inteligente abandonar esa meta y elegir una meta más asequible. En nuestro ejemplo, Juan podría por lo tanto seguir persiguiendo su objetivo de actividad física, o por el contrario establecer una nueva meta, como ir a dar un paseo diario más corto con su perro. Fomentar la autoeficacia y el apoyo social son de nuevo predictores importantes en el mantenimiento de la conducta.

Muchas investigaciones han apoyado la eficacia de las intervenciones basadas en la autorregulación para el cambio de comportamientos de salud en poblaciones sanas y entre pacientes con enfermedades crónicas, por ejemplo, para la pérdida de peso en la diabetes tipo 2, para la actividad física entre las personas con artritis, para el cambio de estilo de vida en la rehabilitación cardiaca, y para equilibrar la actividad y el reposo en el síndrome de fatiga crónica.

Figura: El ciclo de la auto-regulación

Recomendaciones prácticas

1) Apoyar al individuo en la formulación de un objetivo de cambio personal relacionado con un problema de salud relevante (por ejemplo, ‘ ¿Cómo debería ser la recuperación para usted?’). Estas metas deben ser específicas, importantes para el individuo, no demasiado fáciles o demasiado difíciles y alcanzables en un marco de tiempo limitado.

2) Ayudar al individuo en la construcción de un plan de acción preguntando cuándo, dónde, cómo y cuánto tiempo el paciente actuará en relación con el objetivo planteado.

3) Solicitar al individuo que construya una “escala de objetivos”, que defina pasos (auto) evaluables hacia el logro del objetivo de manera progresiva.

4) Aumentar la autoeficacia del individuo mostrando ejemplos de otros pacientes que alcanzaron una meta comparable, animando al paciente y elogiando a él o ella para el progreso hacia la meta. Enseñar al individuo cómo lidiar con los obstáculos y las recaídas.

5) Apoyar el mantenimiento de metas y ayudar a las personas a reformular su meta de una manera más asequible si la encuentran inalcanzable en su forma actual.

Traducido por: Luis García-González y Alberto Aibar Solana

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